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Ángel Sánchez Foto: "Reflexiones" (1/01/1999) |
La fuente bibliográfica: revista "Reflexiones" del Círculo Cultural de Telde (nº1), publicada el 1 de enero de 1999. "Sexo y religión como tabúes en la oralidad de los canarios". El autor: Ángel Sánchez (Gáldar. Gran Canaria 1943). Licenciado en filología moderna por la Universidad de Salamanca. Doctor en Letras y Ciencias Humanas por la Universidad de París. Catedrático de Francés. Es autor de numerosos libros de Poesía, Novela y Ensayos sobre la Cultura Canaria: "Caletón Point", "Flexiones, Travesía, Poesía", "La mar se mueve", "Ensayos sobre la Cultura Canaria", "Lanzarote, rituales de Fuego y Agua" ...
INTRODUCCIÓN A LOS TÉRMINOS CANARIOS TENIDOS POR INDECOROSOS
El objetivo de nuestra investigación es intentar aproximamos a una fenomenología muy precisa dentro del habla que llamamos pancanaria . Definimos el habla pancanaria como el conjunto de rasgos morfológicos, sintácticos, semánticos y fonéticos diferenciales con el castellano peninsular y que se sienten comunes y extensibles a todas las Islas del Archipiélago canario. El objeto en estudio son las diversas formas que adoptan en la vida oral de los canarios y las canarias los términos tenidos por inconvenientes o indecorosos - en general, los relativos al sexo, las excretas fisiológicas y la religión, para el caso la mayoritaria.
LÉXICO TABUADO
Nuestro propósito es hacer una descripción bastante abarcadora tanto del léxico tabuado como de sus diversos usos contextuales: cómo son los tabúes lingüísticos y en qué circunstancias se gradúan y modifican. Con ello trataremos de explicarnos cómo es que lexemas referidos a la descripción fisiológica humana, esto es: a la anatomía y a la fisiología, en sus formas derivadas del latín vulgar - y en niveles descriptivos a veces insustituibles - son los más sometidos a la censura en producción oral publica, así como los más ampli amente resueltos como soluciones simbólicas, y ello tanto en producción pública como en la privada e íntima.
Los términos que orbitan el espacio de los tabúes de alcance local pertenecen en realidad a un contenido simbolizador universal. Sexo y religión siguen siendo las zonas más misteriosas del ser humano, y puestas en relación entre sí, alcanzan los ni veles de máxima trascendencia. En español, como sucede en la mayoría de las lenguas románicas, esas palabras han logrado defenderse del ostracismo en que las habían situado el pudor la educación represiva y la norma culta, tendiendo casi siempre a exigir una vida oral desinhibido y libre, como si se tratara de conquistar una na turalidad que va en todo paralela a su fenomenología. En ese sentido, los graffiti con términos y frases libidinales y excremenciales encontrados en ciertos muros de las ruinas clásicas de Pompeya y Herculano, son la documentación inaugural más inequívoca a la que pudiéramos referirnos.
Procediendo a una evaluación pormenorizada de este específico campo lingüístico -escasamente frecuentado por los estudios académicos de lexicografía o dialectología del español canario - creemos colaborar con un documento de primera mano a su sistematización y síntesis. Con ello creemos aportar nuevos datos al estudio del modelo cultural que vivimos los canarios y las canarias, y que, por mor de los efectos de la globalización que nos invade, parece irse desdibujando hacia la pérdida de características genuinas. Reconocimiento del léxico tabuado y fijación repertorial, parecen pues dos pasos imprescindibles para posteriores discusiones sobre su función sicológica y social en el modelo de civilización canaria que vamos dejando atrás. Pues ha de reconocerse que bastante de las voces que aquí trataremos están en franca retirada, como parte substancial que son de un modo de vida superado por el progreso.
Tras el reconocimiento y la fijación repertorial no nos resistimos aquí a hacer avances de interpretación, objetivo que seguimos en la vía interdisciplinar. Y ello es imprescindible para aprovechar el contexto vital en que se han producido: las variables situacionales, intencionales y emocionales de quienes han sido y son aún sus usuarios, nos son todavía bastante cercanas como para intentar rentabilizar la experiencia, tomando posiciones teóricas que, sin duda, podrán ser modificadas en el futuro.
Caracterizar el léxico tabuado nos lleva a la definición de tabú. Oigamos la que da Sygmund Freud:
"El tabú es una prohibición muy antigua, impuesta desde fuera (por una autoridad) y dirigida contra los deseos más intensos del hombre. La tendencia a transgredirla persiste en su inconsciente; los hombres que obedecen al tabú son ambivalentes cara al tabú" (Tótem y tabú) .
Nada ha cambiado desde que Freud dio esta descripción. Se comprende pues que lo tabuado es, necesariamente, lo proscrito en la superficie y lo subyacente en el fuero interno de cada cual -el individuo y la masa anónima- como pertenencia irrenunciable. Un dialecto al acecho de deterninadas situaciones para manifestarse. Yacente y desenterrado cuando se precisa su utilidad numinosa, emocional y equívoca, situación en la que alcanza su alto umbral significante. Que es simbólico catártico, y de autoafirmación, léase todo esto como de mera supervivencia. Un límite donde lo tabuado se define con toda exactitud como "lo innombrable", "lo prohibido", "lo sagrado".
UN REPASO HISTÓRICO
El pudor referencial ha sido el principal obstáculo para su estudio y seguimiento. La idea de 'honestidad' y 'recato' que el concepto de pudor desarrolla ha impedido no pocas veces que se llegue a repertoriar las malas palabras. Frente a esa pudibundez están, por fortuna, valiosos testimonios literarios desde el S. XVII a los que se otorga el valor de fuentes o documentos. Es, sin duda, una lástima que no estén aún vivas en el habla diaria voces tabuadas del siglo pasado, que apenas se hacen distinguibles en la literatura costumbrista, ignorando como ignoramos la clave significante de su doble sentido, concepto este muy a tener en cuenta, y que muestra la ambivalencia del lenguaje
del ser humano, como leíamos en Freud.
Es todo un síntoma que a los órganos de la reproducción de la especie se les haya llamado en el latín de los textos cristianos las partes pudendas. Pudendo quiere decir 'torpe', 'feo', 'que debe causar vergüenza'. Es así como la fisiología de la generación pasan a ser partes naturales. partes vergonzosas. de donde con toda lógica se deriva denominar a los genitales 'las vergüenzas'. El remilgo y la continencia que los recopiladores de léxico usaron limpiando, puliendo y apenas fijando el lenguaje prohibido, acaso deriva un tanto de la condición masculina de los ocasionales relatores, educados en la contención represora del matriarcado vigente. El hombre común de las Islas, no obstante, parece haber sido el guardián de las malas palabras de modo congruente con la dedicación que ambos sexos dan a otros contenidos nemotécnicos de supervivencia. Pues ha de recordarse aquí que el sexo masculino como elemento universal detentador y guardián de las palabras ocultas del grupo es una constante en las sociedades poco desarrolladas. En la mayoría de esas sociedades, como ha sido -y aún lo es en muchos aspectos- la canaria, las palabras obscenas son tabú, aunque protegiéndose la actividad sexual en una jerga creada al efecto, un doble lenguaje, como se diría hoy en día en térninos políticamente correctos.
CUERPO DIALECTAL CANARIO
Si el pudor documental, como estrategia que frena el conocimiento, el progreso y la cultura viva de los pueblos, queda aquí descartado, no podemos hacer lo mismo con el contexto formativo en el que crece y se desarrolla tal lenguaje. El cuerpo dialectal canario acumula un proceso formativo con sus propias características sociohistóricas y sociolingüísticas, lo que lo convierte en un cuerpo bastante peculiar y diferenciado de otros dialectos de la lengua madre. Tendremos ocasión de verificar aquÍ que la abundancia y variedad del léxico tabuado canario en lo referente a genitalia, excretas y religión se debe a razones del contexto cultural especialmente concurrentes.
En primer lugar nombraríamos la variedad de matrices o fuentes orales asimiladas en el español de Canarias: el gran fondo léxico castellano, especialmente de la Baja Andalucía, el portugués pesquero y costero, traslúcido en no pocas intimidades libidinales y escatológicas que usamos los canarios. A estas aportaciones se suma la sorna libidinal y sicalíptica de los préstamos antillanos (Cuba y Venezuela), los escasos términos africanos -'supo' y 'chibichanga', por ejemplo y la gran influencia de las jergas peninsulares relativas a tales materias que se difunden en territorio canario mediante los visitantes y, en mucha mayor medida, en el vehículo de los medios audiovisuales de comunicación. Piénsese a este respecto, en la gran cantidad de términos 'gruesos' como se escuchan últimamente en las películas que pasan por televisión, y se tendrá idea aproximada de lo que entra por los oídos de los telespectadores. Material, en muchos casos, auténticamente nuevo en el repertorio, que pasará muy pronto a la boca de la gente más joven, dado que la pantalla es uno de los más poderosos agentes de la globalización, aunque esta idea no coincida con la que nosotros particularmente tenemos de la normalización cultural.
La riqueza de nuestros semas de interdicción se debe igualmente a la propia conformación geográfica y social del territorio, variable y discontinuo. Cada Isla tiene sus propias palabras, cada comarca, hasta hace poco aislada, conserva su propio micro-dialecto libidinal y escatológico. Los formantes sociohistóricos no influyen menos: la jerarquización normativa que aportó a las Islas el estatus colonial-conquista, repartimientos, asimilación cultural de los nativos y repoblación masiva de gente continental -ha resultado muy marcante para los coloquialismos prohibidos. Los conceptos medievales de orden y decoro siguen vivos en los conquistadores; no debe por tanto creerse que son hombres del Renacimiento (no hay Renacimiento posible donde hay una Santa Inquisición ). Deben haber sido la estrechez histórica de los poderes instituidos en las Islas, la jerarquización normativa del estatus colonial y cierta proyección educativa cristiana los elementos que suscitan la sombra del "pecado de escándalo" para quienes nombran lo innombrable. Las ideas de "decencia e indecencia" colaboran a imprimir en el creyente la secuencia: palabra fea-maldición-pecado que se contrarían popularmente con las nociones de 'fundamento' y 'buena crianza'.
Bajo tal sistema, y relativizadas por sectores poblacionales, la prohibición, la represión y apenas la tolerancia del 'doble sentido', se ha ido fraguando todo un metalenguaje cifrado, inconveniente al 'buen gusto', que siempre está dispuesto a exaltar la lujuria y la agresión, rompiendo las sacrosantas normas de la familia, la escuela, el púlpito y el buen hablar. Se entenderá pues que a los practicantes de los tabúes se les llame "malcriados", "malhablados, y faltos de formalidad o educancia. Los chistes 'de Quevedo', los chistes de Jaimito, los 'chistes verdes', en suma, han ido llenando el espacio de lo permisible, como dramatizaciones de menor fuerza que las 'palabrotas'.
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