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SOBRE EL CONCEPTO DE "HOMBRÍA" EN EL HABLA CANARIA
Resultan interesantes algunas perífrasis tabuadas, connotativas del concepto 'hombría'. Son las que siguen: 'lo que hay que tener', 'lo que tienen los hombres', 'lo que tiene un hombre que lleve pantalones', 'lo que tiene un hombre que se vista por las piernas', y otras variables específicas de cada comarca, situación o edad de los hablantes. Interesan igualmente ciertas perífrasis o circunloquios de situación genital tales como, por ejemplo: 'lo que tiene enmedio de las piernas', 'lo que está en medio (de) las patas' y las variables rústicas 'entremedio las piernas' o 'entremedio las patas'. Ejemplos de exaltación libidinal serían: "¡A esa le daba yo lo que tengo emnedio las patas!", '¡le jincaba yo lo que tengo entremedio las patas!', etc.
La supremacía del varón en el código tabuado se refuerza en mero efecto cuantitativo, siendo -como es- el número de los elementos genitales externos mayor en el sexo masculino. Para nombrar los testículos coexisten en Canarias voces clásicas, con solera patrimonial en la lengua madre, y voces originales de este territorio que se perciben como voces eufémicas, sobre todo en sociedad, pues el agrupamiento de varones concede patente de corso a aquéllas con máximo grado de prohibición.
SOBRE LOS TESTÍCULOS EN EL HABLA CANARIA
La principal, como es bien sabido, resulta ser la voz 'huevo' y su plural 'los huevos'. Por ejemplo: "¡Me pica un huevo!», "¡me entró un dolor de huevos ... !". 'Huevito' y 'huevillo' son sus plurales más comunes; 'huevón' y 'huevona', sus aumentativos, 'huevudo', 'huevuda', 'huevada' y 'huevera' otras derivaciones descriptivas o invectivas. El nivel de tolerancia que muestra un término de sinonimia con el mundo animal, disminuye un tanto en la segunda voz en prestaciones orales, significando igualmente 'testículos'. Tal es 'cojón' y su plural 'cojones', que desde el latín 'coleo-nis' se expande a todas las lenguas románicas. 'Cojoncito' y 'cojoncillo' son sus diminutivos usuales, funcionando todo tipo de adjetivos para formar los aumentativos.
Acaso para llenar este vacío en un sema de imprescindible enfatización se ha producido una estrategia multiplicadora de adjetivos y participios que remarquen la evaluación hiperbólica, el afecto o la estima de algo. Tales son, por ejemplo, los conocidísimos 'cojonudo', 'cojonuda', 'cojonudísimo', 'cojonudísima' y 'cojonudamente', todos de valoración positiva. En cambio otras formas indican lo contrario: retracción, miedo o cobardía. Tales son: 'acojonado', 'acojonada', 'acojonar', 'acojonarse', 'acojonamiento', 'acojonante' y 'acojone', esta última de probable origen criollo. También están 'acojonadillo' y 'acojonadísimo'. Otra serie, prefijada en des -funciona como descriptiva de hilaridad, o risa; p.ej.: 'descojonado', 'descojonada', 'descojonadísimo', 'descojonadísima', 'descojonarse', 'descojonamiento' y 'descojonante'. Una voz de ingreso reciente es 'descojone' o 'descojono', acortamiento de uso juvenil de la voz 'descojonamiento'.
Eufemismos de solera descriptiva en el castellano más estándar son: 'las pelotas', 'los cataplines', 'los timbales', en tanto los criollismos detectados son 'las bolas', 'los boliches', 'los cuajos', 'los alberiquines' y 'los humildes'. Otros se refieren ambiguamente a la zona crural: 'los bajos', 'los fondillos', 'los fondajos' y los clásicos parónimos: 'los cojines' y 'los cajones'. Formaciones metafóricas y eufemísticas del castellano peninsular tienen idéntico uso designativo en el habla canaria, como p.e: 'los pistones', 'los bemoles', 'los pelendengues', 'las agallas' y 'los riñones', por sexualización de sentido que se apoya en el número par.
SOBRE EL SEMEN EN EL HABLA CANARIA
Hay un tercer elemento genital, imprescindible para la generación, que se somete a permutaciones orales, con altísima rentabilidad simbolizadora. Es el semen, paralelizado en figuras del mundo animal y vegetal. La voz 'leche' es la más general. En Canarias se amplía su campo referencial para describir la savia vegetal de color blanco de ciertas especies de euforbia. P. Ej.: 'leche de tabaiba', 'leche de cardón' o de 'lechetrezna'. También son medianamente conocidos los usos comparativos del término: 'darse una leche', (un golpe), 'tener leche' ('suerte') o superlativo: 'ser la leche'.
En cuanto a elementos específicos del pene, se describe el prepucio viril como un trozo de piel: 'el pellejillo', 'el cuerillo'; en tanto el glande opta por la cobertura como 'la gorra' y 'el capullo', entre otras formas. Existe incluso el verbo 'descapullar', o en vulgo 'escapuyá' para indicar
la operación quirúrgica que elimina la fimosis. Otro tipo de recurso descriptiva nombran el glande como 'el bálano' o 'el plomo'. La descriptiva anatómica directa se recrea igualmente en fórmulas de exaltación libidinal mediante el uso de 'la punta', en expresiones tales como: 'la punta (de) la polla', 'la punta (del) gajo', 'la punta (de) la pinga' y 'la punta (de) el nabo'.
SOBRE LA ERECCIÓN EN EL HABLA CANARIA
Entramos seguidamente en el terreno donde se describen la erección, la eyaculación y el concepto diferenciado de orgasmo. La estrategia designativa de la erección fálica cuenta con fórmulas elementaIísimas que se atienen a la noción de tabú, como son las que se formulan con el sexo ausente, substituyéndolo por un término impersonal, como 'la cosa', 'la cuestión' o 'el asunto', cuando no mediante el verbo 'tener'. He aquí algunos ejemplos notorios: 'enderezársele (la cosa) a uno', 'ponérsele a uno ( la cosa) tiesa', 'ponérsele a uno ( la cuestión) dura', 'ponérsele a uno (el asunto) duro'; contando entre los segundos: 'tenerla dura', 'tenerla tiesa' o 'tenerla gorda'.
'Erección' es un término culto, de uso restringido hasta hace poco tiempo. Al aumentar el nivel cultural, ciertos subterfugios orales van siendo eliminados y la normalización de este término es una clara muestra de ello, al no ser ya privativo de la divulgación sexológica o de la descriptiva legal y médica. Sin embargo coexiste con las fórmulas más arraigadas, como son para el caso: 'armar', 'armarse', 'estar armado', 'empalmar', 'empalmarse', 'estar empalmado', 'empinar' o 'empinarse'. Siguiendo con el símil -tan freudiano- del armamento, otras metáforas de la erección de carácter coloquial proceden seguramente del lenguaje cuartelero, p. ej.: 'izar bandera', 'presentar armas' o 'ponerse firmes' (que también significa 'acatar órdenes' o 'adoptar posición obediente o sumisa').
SOBRE LA EYACULACIÓN EN EL HABLA CANARIA
En lo referente a la eyaculación propiamente dicha, usan los canarios y las canarias idénticas funciones verbales que las existentes en el habla peninsular, esto es: 'correrse' y 'escurrirse', verbos que metaforizan la fluencia seminal. Tienden a ser identificados igualmente con el orgasmo. La voz 'corrida' es el resultado de 'correrse' como emisión seminal; 'pegarse una corrida', la locución más frecuentada oralmente. 'Escurrirse' suena bastante a arcaísmo rural y es también en español canario el equivalente a 'ponerse muy flaco', literalmente 'escurrío'. Los verbos 'irse' y 'venirse' parecen de más reciente implantación, por influencia directa del español peninsular.
Hay otras metáforas de eyaculación que se pliegan a experiencias caseras, como p. Ej.: 'irse la leche por (el) fuego', que se refiere a la ebullición de este líquido también vital. Evoca ciertas situaciones como la polución nocturna llamada también 'irse solo'. 'Correrse de gusto' es una aplicación hiperbólica de 'correrse' que indica 'experimentar gran placer', sea cual sea su contexto de empleo. También 'darse un chorro de gusto' y 'pegarse un chorro de gusto', equivalentes al aumentativo castellano 'darse el gustazo'. 'Escupir', por eyacular, se escucha eventualmente, y es el acto de 'arrojar saliva o flema por la boca' en clara sexualización del sentido por 'expulsar semen'.
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SOBRE EL CONCEPTO DE "HOMBRÍA" EN EL HABLA CANARIA
Resultan interesantes algunas perífrasis tabuadas, connotativas del concepto 'hombría'. Son las que siguen: 'lo que hay que tener', 'lo que tienen los hombres', 'lo que tiene un hombre que lleve pantalones', 'lo que tiene un hombre que se vista por las piernas', y otras variables específicas de cada comarca, situación o edad de los hablantes. Interesan igualmente ciertas perífrasis o circunloquios de situación genital tales como, por ejemplo: 'lo que tiene enmedio de las piernas', 'lo que está en medio (de) las patas' y las variables rústicas 'entremedio las piernas' o 'entremedio las patas'. Ejemplos de exaltación libidinal serían: "¡A esa le daba yo lo que tengo emnedio las patas!", '¡le jincaba yo lo que tengo entremedio las patas!', etc.
La supremacía del varón en el código tabuado se refuerza en mero efecto cuantitativo, siendo -como es- el número de los elementos genitales externos mayor en el sexo masculino. Para nombrar los testículos coexisten en Canarias voces clásicas, con solera patrimonial en la lengua madre, y voces originales de este territorio que se perciben como voces eufémicas, sobre todo en sociedad, pues el agrupamiento de varones concede patente de corso a aquéllas con máximo grado de prohibición.
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"Mencey Bentor" (mostrando sus "atributos"). Escultura de bronce de Carmen Luis León, de 1996 Mirador El Lance, Los Realejos, Tenerife |
SOBRE LOS TESTÍCULOS EN EL HABLA CANARIA
La principal, como es bien sabido, resulta ser la voz 'huevo' y su plural 'los huevos'. Por ejemplo: "¡Me pica un huevo!», "¡me entró un dolor de huevos ... !". 'Huevito' y 'huevillo' son sus plurales más comunes; 'huevón' y 'huevona', sus aumentativos, 'huevudo', 'huevuda', 'huevada' y 'huevera' otras derivaciones descriptivas o invectivas. El nivel de tolerancia que muestra un término de sinonimia con el mundo animal, disminuye un tanto en la segunda voz en prestaciones orales, significando igualmente 'testículos'. Tal es 'cojón' y su plural 'cojones', que desde el latín 'coleo-nis' se expande a todas las lenguas románicas. 'Cojoncito' y 'cojoncillo' son sus diminutivos usuales, funcionando todo tipo de adjetivos para formar los aumentativos.
Acaso para llenar este vacío en un sema de imprescindible enfatización se ha producido una estrategia multiplicadora de adjetivos y participios que remarquen la evaluación hiperbólica, el afecto o la estima de algo. Tales son, por ejemplo, los conocidísimos 'cojonudo', 'cojonuda', 'cojonudísimo', 'cojonudísima' y 'cojonudamente', todos de valoración positiva. En cambio otras formas indican lo contrario: retracción, miedo o cobardía. Tales son: 'acojonado', 'acojonada', 'acojonar', 'acojonarse', 'acojonamiento', 'acojonante' y 'acojone', esta última de probable origen criollo. También están 'acojonadillo' y 'acojonadísimo'. Otra serie, prefijada en des -funciona como descriptiva de hilaridad, o risa; p.ej.: 'descojonado', 'descojonada', 'descojonadísimo', 'descojonadísima', 'descojonarse', 'descojonamiento' y 'descojonante'. Una voz de ingreso reciente es 'descojone' o 'descojono', acortamiento de uso juvenil de la voz 'descojonamiento'.
Eufemismos de solera descriptiva en el castellano más estándar son: 'las pelotas', 'los cataplines', 'los timbales', en tanto los criollismos detectados son 'las bolas', 'los boliches', 'los cuajos', 'los alberiquines' y 'los humildes'. Otros se refieren ambiguamente a la zona crural: 'los bajos', 'los fondillos', 'los fondajos' y los clásicos parónimos: 'los cojines' y 'los cajones'. Formaciones metafóricas y eufemísticas del castellano peninsular tienen idéntico uso designativo en el habla canaria, como p.e: 'los pistones', 'los bemoles', 'los pelendengues', 'las agallas' y 'los riñones', por sexualización de sentido que se apoya en el número par.
SOBRE EL SEMEN EN EL HABLA CANARIA
Hay un tercer elemento genital, imprescindible para la generación, que se somete a permutaciones orales, con altísima rentabilidad simbolizadora. Es el semen, paralelizado en figuras del mundo animal y vegetal. La voz 'leche' es la más general. En Canarias se amplía su campo referencial para describir la savia vegetal de color blanco de ciertas especies de euforbia. P. Ej.: 'leche de tabaiba', 'leche de cardón' o de 'lechetrezna'. También son medianamente conocidos los usos comparativos del término: 'darse una leche', (un golpe), 'tener leche' ('suerte') o superlativo: 'ser la leche'.
En cuanto a elementos específicos del pene, se describe el prepucio viril como un trozo de piel: 'el pellejillo', 'el cuerillo'; en tanto el glande opta por la cobertura como 'la gorra' y 'el capullo', entre otras formas. Existe incluso el verbo 'descapullar', o en vulgo 'escapuyá' para indicar
la operación quirúrgica que elimina la fimosis. Otro tipo de recurso descriptiva nombran el glande como 'el bálano' o 'el plomo'. La descriptiva anatómica directa se recrea igualmente en fórmulas de exaltación libidinal mediante el uso de 'la punta', en expresiones tales como: 'la punta (de) la polla', 'la punta (del) gajo', 'la punta (de) la pinga' y 'la punta (de) el nabo'.
SOBRE LA ERECCIÓN EN EL HABLA CANARIA
Entramos seguidamente en el terreno donde se describen la erección, la eyaculación y el concepto diferenciado de orgasmo. La estrategia designativa de la erección fálica cuenta con fórmulas elementaIísimas que se atienen a la noción de tabú, como son las que se formulan con el sexo ausente, substituyéndolo por un término impersonal, como 'la cosa', 'la cuestión' o 'el asunto', cuando no mediante el verbo 'tener'. He aquí algunos ejemplos notorios: 'enderezársele (la cosa) a uno', 'ponérsele a uno ( la cosa) tiesa', 'ponérsele a uno ( la cuestión) dura', 'ponérsele a uno (el asunto) duro'; contando entre los segundos: 'tenerla dura', 'tenerla tiesa' o 'tenerla gorda'.
'Erección' es un término culto, de uso restringido hasta hace poco tiempo. Al aumentar el nivel cultural, ciertos subterfugios orales van siendo eliminados y la normalización de este término es una clara muestra de ello, al no ser ya privativo de la divulgación sexológica o de la descriptiva legal y médica. Sin embargo coexiste con las fórmulas más arraigadas, como son para el caso: 'armar', 'armarse', 'estar armado', 'empalmar', 'empalmarse', 'estar empalmado', 'empinar' o 'empinarse'. Siguiendo con el símil -tan freudiano- del armamento, otras metáforas de la erección de carácter coloquial proceden seguramente del lenguaje cuartelero, p. ej.: 'izar bandera', 'presentar armas' o 'ponerse firmes' (que también significa 'acatar órdenes' o 'adoptar posición obediente o sumisa').
SOBRE LA EYACULACIÓN EN EL HABLA CANARIA
En lo referente a la eyaculación propiamente dicha, usan los canarios y las canarias idénticas funciones verbales que las existentes en el habla peninsular, esto es: 'correrse' y 'escurrirse', verbos que metaforizan la fluencia seminal. Tienden a ser identificados igualmente con el orgasmo. La voz 'corrida' es el resultado de 'correrse' como emisión seminal; 'pegarse una corrida', la locución más frecuentada oralmente. 'Escurrirse' suena bastante a arcaísmo rural y es también en español canario el equivalente a 'ponerse muy flaco', literalmente 'escurrío'. Los verbos 'irse' y 'venirse' parecen de más reciente implantación, por influencia directa del español peninsular.
Hay otras metáforas de eyaculación que se pliegan a experiencias caseras, como p. Ej.: 'irse la leche por (el) fuego', que se refiere a la ebullición de este líquido también vital. Evoca ciertas situaciones como la polución nocturna llamada también 'irse solo'. 'Correrse de gusto' es una aplicación hiperbólica de 'correrse' que indica 'experimentar gran placer', sea cual sea su contexto de empleo. También 'darse un chorro de gusto' y 'pegarse un chorro de gusto', equivalentes al aumentativo castellano 'darse el gustazo'. 'Escupir', por eyacular, se escucha eventualmente, y es el acto de 'arrojar saliva o flema por la boca' en clara sexualización del sentido por 'expulsar semen'.
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