Para mucha gente el banco de piedra de San Telmo fue un lugar de encuentro. Aquí se sentaba con frecuencia el compositor portuense Juan Reyes Bartlett. Escribió bajo el seudónimo Ramiro de Añaza hasta 1936. Más tarde siendo ya un hombre ciego y anciano, se sentaba en este muro de San Telmo con la pequeña Teresa García Reyes poniendo el bastón entre sus rodillas, echando su cabeza hacia atrás y diciendo:
"Préstame tus ojos".
Con frecuencia exclamaba:
"¡Cómo me alegro de ser ciego para no ver qué han quitado a Martiánez!"
Y después recitaba:
"Tanto hotel que han hecho ahora
en esta playa de Martiánez,
pero el mago siempre añora
su playa de tarajales".
[Fuente: Hans König. "Puerto de la Cruz, historia y anécdotas"]
"Préstame tus ojos".
Con frecuencia exclamaba:
"¡Cómo me alegro de ser ciego para no ver qué han quitado a Martiánez!"
Y después recitaba:
"Tanto hotel que han hecho ahora
en esta playa de Martiánez,
pero el mago siempre añora
su playa de tarajales".
[Fuente: Hans König. "Puerto de la Cruz, historia y anécdotas"]
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Derribo del muro de San Telmo, Puerto de la Cruz (9 de junio, 2014) Foto: Plataforma Ciudadana Maresía |
Como portuense no puedo disimular mi indignación e impotencia por el atropello cometido por el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y el Cabildo de Tenerife en el Paseo de San Telmo. No sólo es un día triste para los amigos del Patrimonio Histórico de esta ciudad turística, también es un momento para reflexionar. Escritores, políticos, historiadores, artistas, y gran cantidad de gente anónima han luchado durante más de un año, dejando oír sus voces en la calle y en la prensa, para que el derribo del muro no se llevase a cabo, sin oponerse a las otras reformas proyectadas para este lugar. Y al final parece haber ganado la desidia de un grupo minoritario de personas.
De nada han servido las concentraciones, manifestaciones, recogida de firmas y alegaciones de la Plataforma Ciudadana Maresía para sensibilizar a los gobernantes. Ellos siquiera les han escuchado, y no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Mucho se hablará estos días -sobre todo de cara a las próximas elecciones municipales- de una obra que, en su conjunto, regaló la imaginación del artista César Manrique a este pueblo. Hablar de la salvación de nuestro viejo muro ya no tiene vuelta de hoja. Por mi parte, sólo puedo seguir recogiendo relatos e imágenes del glorioso pasado de este bello rincón costero, no sin antes recordar que el 9 de junio de 2014 pasará, desafortunadamente, a ser el día más recordado de su larga historia.
Al señor don Juan Reyes Barlett no sólo le han quitado su Martiánez, también su banco, su muro, sus ansias de que le prestaran unos ojos.
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