martes, 10 de junio de 2014

Adiós al muro de San Telmo

Para mucha gente el banco de piedra de San Telmo fue un lugar de encuentro. Aquí se sentaba con frecuencia el compositor portuense Juan Reyes Bartlett. Escribió bajo el seudónimo Ramiro de Añaza hasta 1936. Más tarde siendo ya un hombre ciego y anciano, se sentaba en este muro de San Telmo con la pequeña Teresa García Reyes poniendo el bastón entre sus rodillas, echando su cabeza hacia atrás y diciendo:

"Préstame tus ojos".

Con frecuencia exclamaba:

"¡Cómo me alegro de ser ciego para no ver qué han quitado a Martiánez!"

Y después recitaba:

"Tanto hotel que han hecho ahora
en esta playa de Martiánez,
pero el mago siempre añora
su playa de tarajales".

[Fuente: Hans König. "Puerto de la Cruz, historia y anécdotas"]

Derribo del muro de San Telmo, Puerto de la Cruz (9 de junio, 2014)
Foto: Plataforma Ciudadana Maresía

Como portuense no puedo disimular mi indignación e impotencia por el atropello cometido por el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz y el Cabildo de Tenerife en el Paseo de San Telmo. No sólo es un día triste para los amigos del Patrimonio Histórico de esta ciudad turística, también es un momento para reflexionar. Escritores, políticos, historiadores, artistas, y gran cantidad de gente anónima han luchado durante más de un año, dejando oír sus voces en la calle y en la prensa, para que el derribo del muro no se llevase a cabo, sin oponerse a las otras reformas proyectadas para este lugar. Y al final parece haber ganado la desidia de un grupo minoritario de personas.

De nada han servido las concentraciones, manifestaciones, recogida de firmas y alegaciones de la Plataforma Ciudadana Maresía para sensibilizar a los gobernantes. Ellos siquiera les han escuchado, y no hay peor sordo que el que no quiere oír.

Mucho se hablará estos días -sobre todo de cara a las próximas elecciones municipales- de una obra que, en su conjunto, regaló la imaginación del artista César Manrique a este pueblo. Hablar de la salvación de nuestro viejo muro ya no tiene vuelta de hoja. Por mi parte, sólo puedo seguir recogiendo relatos e imágenes del glorioso pasado de este bello rincón costero, no sin antes recordar que el 9 de junio de 2014 pasará, desafortunadamente, a ser el día más recordado de su larga historia.

Al señor don Juan Reyes Barlett no sólo le han quitado su Martiánez, también su banco, su muro, sus ansias de que le prestaran unos ojos.

lunes, 9 de junio de 2014

San Telmo, un trocito de paisaje

"Ermita de San Telmo". Acuarela (A4) J.Carlos Rguez.

El Puerto de la Cruz comenzó a sufrir una de las transformaciones urbanísticas más agresivas de su historia a partir de la segunda mitad del siglo XX. Crear infraestructuras adecuadas para ofrecer alojamientos de calidad y opciones de recreo a los cada vez más abundantes turistas que llegaban a la ciudad nunca fue compatible con la conservación del paisaje natural.

 Apostar por una economía fuerte no sólo ha mostrado la cara irrespetuosa hacia la madre naturaleza, sino -en algunos casos-, el desprecio hacia lo denominado "antiguo", sepultando bajo el cemento y el asfalto parte de un irrepetible legado histórico.

Es inevitable no hacer comparaciones cuando contemplo una tarjeta postal donde aparece algún rincón que me remite inconscientemente a la frase "cualquier tiempo pasado fue mejor". Quizás, tratándose de una época de necesidades, no lo fue, pero paisajísticamente nos envía mensajes de nostálgica belleza.

La visión de la vieja ermita de San Telmo, solitaria en la altura de sus riscos y rodeada por las modernas construcciones que trajo consigo el progreso, es sin duda una de las más atractivas para los visitantes. Ofrece un constraste que habla de la historia de una ciudad genuina, de cómo se ha hermanado el pasado con el presente, de cómo un rincón puede causar sensaciones que despiertan el interés y la curiosidad de las personas. Hay pocos "trocitos de paisajes" que hayan cambiado y sigan conservando un aire tan encantador como éste de San Telmo, un halo de misticismo que se ciñó a una nueva realidad desde que al Puerto de la Cruz le fue concedida la denominación de Ciudad Turística.

domingo, 1 de junio de 2014

Manuel de la Cruz, pintor, repujador y tallista

Manuel Antonio de la Cruz (1750 - 1809)
Existen biografías sobre Manuel Antonio de la Cruz a las que no tengo acceso, pero he querido aportar los datos de los que dispongo, reunirlos y organizarlos, debido a que algunos son algo confusos.

 En una breve biografía que la ilustre profesora canaria María Rosa Alonso dedica a Manuel de la Cruz, hallamos que este artista portuense vivió supuestamente 106 años, ya que apunta a "1703" como fecha de su nacimiento [1]. "Si bien es cierto que la consistente umbría de los tiempos en que María Rosa Alonso elaboraba su 'Indice cronológico de pintores canarios', a mediados de la década de los cuarenta del pasado siglo, se ha despejado en muchos aspectos" [2]. Luego, la escritora Clementina Calero Ruiz, en su obra dedicada a este autor (Premio de Investigación Histórica 'Álvarez Rixo' en 1981), sitúa su fecha del nacimiento en 1750 [3].

De la Cruz fue pintor, repujador y tallista, del Puerto de la Cruz, de dónde recibe su apellido [1], pues era de padres desconocidos y le educó un tonelero de este lugar. Así lo explica Álvarez Rixo: "No tuvo padres conocidos, pues estos le abandonaron sobre el fondo de una pipa; otros dicen que dentro de un barril, en el callejón del Juego, donde le halló cierto tonelero que vivía cerca y le educó".

"Aprendió con el maestro José Tomás, quien, natural de este propio pueblo y no del partido de Daute como se ha creído, cuyas pinturas carecían de buen diseño y gusto aunque su colorido es permanente, y como su arte de pintar santos no le bastaba para su subsistencia, también enseñaba a leer y escribir".

"Excedió infinito a su maestro; ignoramos de la manera que estudió y perfeccionó. Pero en aquel mismo tiempo estuvo por aquí algunos años el buen pintor Juan de Miranda, canario, y pudo haber tomado lecciones con él" [4] . "Acaso aprendió algo más cuando Miranda vino a Tenerife" [3].

"Casó en este Puerto con Juana Josefa de Nepomuceno Ríos, hija de Juan de Ríos y María Josefa Camacho" [4], "de la que tuvo al pintor Luis" [1], en referencia a Luis de la Cruz, "quien ha representado en gran medidita a la pintura canaria en la Península" [3].

"Ejercitó su profesión en diversos pueblos de estas Islas" [4]. "Propuso al Cabildo de Gran Canaria la utilización de los mármoles de Fuerteventura, pero no se le hizo caso" [1]:

 "Viendo la Cruz los buenos mármoles que hay en la de Fuerteventura, en la cual apenas se sabe lo que son, recogió algunos pedazos que envió al Cabildo Eclesiástico de Canaria diciendo que ya que S. S. [Su Santidad] hacía venir de Génova a tanto costo varias piezas de mármol, se trajese un artífice que labrase los del país y enseñase a los naturales. Pero este buen hombre se quejaba de que ni se habían dignado contestarle la carta".

 "En 1802 pintó el retablo [del altar] mayor de la iglesia de Tejina, cuyo marmolado muy natural se conserva perfectamente. Allí estaba hospedado en casa del cura don José Quintero Estévez, con cuya hermana casó en segundas nupcias."

 "La última obra notable de este pintor fue el retablo del Poder de Dios, en nuestra parroquia de la Peña, cuya anticuada construcción reformó en cuanto se lo permitieron quitándole las talladas hojarascas de los cojinetes y parras enredadas que tenía en sus columnas salomónicas. El sagrarito que está sobre la mesa del altar dicho es obra suya con que se acredita su buen discurso e inteligencia de la arquitectura. También pintó el púlpito y la figura del Salvador con los cuatro Evangelistas que le adornan; todo acabado en 1809, cuando ya contaba más de setenta años de edad, y poco tiempo después de cuyo trabajo falleció en este mismo pueblo a 20 de julio del citado año 9" [4]. María Rosa Alonso apunta al "9 de julio de 1809" como fecha de su fallecimiento [1].

"Sepultósele en la propia capilla que acababa de hermosear, en la cual yace".

"Enseñó la pintura a sus hijos don Luis, y doña Juana". "Doña Casia Quintero, segunda mujer de don Manuel de la Cruz, herreña, doraba igualmente que su marido y subía a los andamios con calzones. Esta falleció en dicha isla de Lanzarote en 1840".

Según Álvarez Rixo: "Don Manuel de la Cruz alcanzó alguna celebridad y habría alcanzado más en cualquiera otro país fabril" [4].

Manuel Antonio de la Cruz visto por Álvarez Rixo

[1] "Indice cronológico de pintores canarios" | María Rosa Alonso
[2] Introducción de Carlos Pinto al "Catálogo de la exposición Juan Botas (del 14 marzo al 5 de abril de 2008)" | Estudio Artizar - 2008
[3] CALERO RUIZ, C.: Manuel Antonio de la Cruz, pintor portuense (1750-1809), 1982 | Premio de investigación Histórica "Álvarez Rixo" 1981
Argumento: El pintor y estofador Manuel Antonio de la Cruz desarrolla su actividad artística entre mediados del siglo XVIII y primeros del año XIX, y es precisamente en esta época cuando el Puerto de la Cruz, donde nació, va a estar en pleno desarrollo económico. El ambiente artístico que se respiró en el hogar del pintor se manifiesta en el hecho de que su mujer le ayudaba en algunas de esas labores, su hija Juana era una estimada bordadora y el nombre de su hijo Luis ha representado en gran medidita a la pintura canaria en la Península.La autora de este libro trata de todas esas facetas de Manuel Antonio de la Cruz en su estudio, incluyendo el papel de bisagra entre el estilo barroco de José Tomás Pablo y el clasicismo de “El Canario”.
[4] Álvarez Rixo, J. A.: Descripción histórica del Puerto de la Cruz de La Orotava. Estudio de introducción, transcripción y notas de Margarita Rodríguez Espinosa y Luis Gómez Santacreu. Ayuntamiento de Arrecife y Cabildo de Lanzarote. Santa Cruz de Tenerife, 2003.